La salud grupal en la música: análisis del caso de Orenda Kilig



Autores:
Sol Waldmann, Pilar Waldmann, Mateo Radetich



Este trabajo final de la materia Teorías y Técnicas de Grupos se centra en el análisis grupal de la banda musical Orenda Kilig, utilizando el capítulo 3 de "Trabajos en Grupo" de Telma Barreiro como marco teórico. A través de la experiencia personal de los autores del trabajo con los integrantes de la banda, se exploran las dinámicas de bienestar y malestar que afectan a este grupo a lo largo de su existencia. Inicialmente, Orenda Kilig experimentó un periodo de cohesión y creatividad, donde todos los miembros, incluido el tecladista Cristian, se sentían valorados y comprometidos. Sin embargo, el distanciamiento de Cristian hacia los objetivos de la banda, en favor de otros proyectos, generó tensiones y generó un cambio de una matriz solidaria a una matriz competitiva, caracterizada por la rivalidad y la desconfianza.

El cambio explicado en el párrafo anterior deterioró el clima grupal y afectó la creatividad y la cooperación. A pesar de estos desafíos, la salida de Cristian del grupo permitió a los miembros restantes recuperar su matriz solidaria predominante, fomentando un ambiente de inclusión y colaboración. El análisis revela cómo los grupos pueden atravesar diferentes etapas de bienestar y malestar, y destaca la importancia de la confianza y la cooperación para mantener la salud grupal. Este estudio ilustra la capacidad de adaptación de los grupos y la relevancia de priorizar objetivos colectivos sobre intereses individuales para lograr un ambiente de trabajo armonioso y productivo.

Para el presente trabajo final de la materia Teorías y técnicas de grupo haremos uso del material brindado por la cátedra. Elegimos utilizar "Trabajos en Grupo" de Telma Barreiro, específicamente el capítulo 3, enfocado en el bienestar y malestar dentro del grupo.



Para enmarcar este trabajo práctico final, utilizaremos como grupo a analizar a la banda Orenda Kilig, oriunda de Córdoba Capital. Los integrantes de la misma son conocidos personalmente por quienes realizamos el trabajo, por ende tenemos acceso a varias situaciones vividas dentro del conjunto. Las mismas nos sirven para comparar dichas situaciones con conceptos abordados por Barreiro en el capítulo 3 del texto mencionado.

Nos parece esencial dar comienzo a este trabajo presentando a los integrantes del grupo musical Orenda Kilig: los fundadores de la banda son Renzo y Fernando. Renzo es el vocalista y uno de los "líderes" de la banda, junto con Fernando, quien toca la guitarra. A su lado, encontramos a Camila en el bajo y a Valentín en la batería. Consideramos información importante a tener en cuenta que anteriormente había un integrante más en la banda: Cristian. Él se ocupaba de tocar el teclado en grabaciones y shows pero fue echado de la banda por diferencias en objetivos con los líderes de la misma.

Siguiendo lo planteado por Barreiro, el texto propone una reflexión sobre las dinámicas grupales en lo que respecta al bienestar y malestar dentro de los miembros de un grupo. Entendemos que un mismo grupo puede atravesar a lo largo del proceso de su existencia distintas etapas. Es decir, el mismo grupo puede pasar por momentos de mayores o menores grados de plenitud y salud, siendo causa de gratificación y promotor de salud mental y otros de mayor deterioro, donde se produce sufrimiento a sus miembros.

Teniendo en cuenta lo antedicho, nos parece de suma importancia la idea de proceso e historia grupal, entendiendo que a lo largo de dicho proceso pueden experimentarse distintas etapas con diferentes variables y graduaciones donde el grupo va desde el más sano hasta el más deteriorado, pudiendo pasar por situaciones intermedias.

Siguiendo con la información desarrollada en el párrafo anterior, la banda Orenda Kilig experimentó en sus comienzos un periodo de bienestar. Los cinco miembros incluyendo a Cristian, demostraban estar comprometidos con el proyecto, noción que se reflejaba en la creatividad, entusiasmo y sensación de autenticidad dentro del grupo. Barreiro señala que los grupos sanos "fomentan la salud mental y el crecimiento personal". Cristian atravesó lo que se llama "un grupo sano", un espacio donde se sentía respetado y valorado, su habilidad con el teclado era fomentada y la competencia entre los miembros era nula, permitiendo este clima de colaboración y aprecio mutuo.

Teniendo en cuenta una de las primeras situaciones del grupo que tomamos para comparar conceptos, podemos entender desde la perspectiva de la autora el conflicto de la banda con el integrante echado. Es decir, es probable que en algún momento de la banda, quizás en sus comienzos, Cristian (el tecladista), se vio sumergido en un grupo que le brindaba gratificación como músico, en el que sentía que podía ser él mismo, donde se promovía su creatividad y se le permitía que piense libremente, sin temores o bloqueos. Entonces, entendemos que él antes de ser echado de la banda, pasó por un grupo sano donde no sintió la necesidad de estar "a la defensiva" o abriéndose camino en un clima hostil, como suponemos que le sucedió al final.

Al inicio de su trayectoria, Orenda Kilig experimentó un periodo de cohesión notable. Este es un aspecto fundamental en la formación de grupos, ya que la cohesión se traduce en un sentido de pertenencia y compromiso entre los miembros. En este contexto, todos los integrantes se sentían valorados y motivados para contribuir a la creatividad del grupo. La sinergia que se genera en estos momentos es crucial, ya que permite que las ideas fluyan y se desarrollen de manera orgánica, lo que es especialmente importante en un entorno artístico.

Para ampliar contextualmente la situación, uno de los líderes de la banda, Renzo, nos contó cómo fue la situación desde su punto de vista. Renzo nos comenta que en un principio estaban muy unidos los cinco integrantes de la banda, todos ellos encontraban la posibilidad de confirmación y no solo quienes se destacaban o sobresalen en ella. Aun así, tres de los integrantes que no son quienes constituyeron y lideran la banda (Camila, Valentín y Cristian) tienen sus bandas y proyectos a parte de Orenda Kilig. Esto no dificultó la sanidad del grupo en un principio. Con el pasar de los meses, Cristian empezó a mostrarse más distante y neutral ante los propósitos de la banda, priorizando otros proyectos como su otra banda o las obligaciones y responsabilidades demandadas por sus estudios universitarios en detrimento de ensayos, shows y grabaciones.

En un principio, este bienestar inicial comenzó a debilitarse a medida que Cristian mostró cierto distanciamiento con aquellos objetivos y actividades de la banda. Barreiro señala que "El bienestar de los miembros no está garantizado, ya que un grupo puede pasar de un estado de pacificación a un estado de sufrimiento" (Barreiro 1993). Esto se ve reflejado en lo que ocurre con la situación de la banda, cuando Cristian empieza a priorizar sus otros proyectos musicales y así también en su recorrido académico en la universidad, factores que ponen en eje de disonancia a los compromisos de la banda. Sin duda, esto impactó en la actitud de los líderes hacia Cristian, ellos comenzaron a percibir que el compromiso de cristian para con el grupo no era compartido, generando así un cambio en la dinámica del mismo.

El cambio en la situación de los integrantes de la banda con el conjunto no solo afectó su relación con los demás miembros, sino que también introdujo una nueva dinámica competitiva. La rivalidad y la desconfianza emergieron como respuestas naturales a la percepción de que uno de los miembros no estaba completamente comprometido con el grupo. Este fenómeno es común en grupos donde los objetivos individuales pueden entrar en conflicto con los objetivos colectivos. La literatura sobre dinámicas grupales sugiere que la falta de alineación en los objetivos puede llevar a un deterioro del clima grupal, afectando la creatividad y la cooperación.

Dicho cambio hacia una matriz competitiva tuvo un impacto negativo en el clima grupal. La desconfianza puede crear un ambiente tóxico, donde los miembros se sienten inseguros y menos propensos a compartir ideas o colaborar. Esto es particularmente perjudicial en un contexto creativo, donde la innovación a menudo surge de la colaboración y el intercambio de ideas. La tensión resultante puede llevar a una disminución en la productividad y en la calidad del trabajo, lo que a su vez puede afectar la salud mental de sus integrantes entre otros diversos aspectos.

Este tipo de situaciones de conflicto se encuentran dentro de los "obstáculos grupales" en el que Barreiro enfatiza que estos afectan al proceso de bienestar de los miembros. Los líderes, Renzo y Fernando, al sentirse en cierta parte traicionados por la falta de dedicación de Cristian, comenzaron a tomar decisiones más autoritarias, introduciendo un nuevo mecanismo de disputa dentro del grupo. Según Barreiro, este es uno de los factores que contribuyen a un malestar grupal, "puede ser ejercido por la autoridad formal, pero también por aquel miembro que no tiene un rol definido en el grupo pero que igual impone su criterio a los demás".

Barreiro describe a la matriz competitiva como un estado de "rivalidad y tensión" en el que los miembros luchan por dominar y destacar dentro del grupo. En este contexto, la cooperación se vió reemplazada por la desconfianza e inseguridad. "La competencia bloquea los procesos cooperativos y genera un ambiente de ansiedad y conflicto"’, según palabras de Barreiro. En Orenda Kilig, esta competencia emergió entre los líderes, Renzo y Fernando, quienes se sintieron en la responsabilidad de seguir adelante con los objetivos del proyecto y Cristian, quien dejó de aportar su grano de arena de la misma manera. El resultado de estas secuencias fue un ambiente de tensión, donde las metas comunes fueron desplazadas por la necesidad de defender intereses personales, lo que determinó en la desestabilización de la cohesión grupal, tal como plantea Barreiro.

El grupo experimentó lo que denomina la autora "un clima grupal deteriorado", con las características de un ambiente donde la cooperación se ve sustituida por la rivalidad o la disputa. La matriz competitiva en Orenda Kilig se tradujo en un sentimiento de frustración de los miembros restantes que aún quedaban, como Camila y Valentin, quienes empezaron a sentirse más distantes de los líderes, y al mismo tiempo gestando la percepción de Cristian como una fuente de discordia. En ese sentido, la relación con Cristian mostró cómo las matrices grupales no son estables, de hecho son volátiles, pueden mutar, incluso dentro de un mismo grupo.

El grupo que antes solía ser sano ya no lo era tanto e iba perdiendo algunos rasgos de ello. El clima se volvió en algunas instancias tenso entre los integrantes y la matriz pasó de ser solidaria a competitiva. La atmósfera pasó de ser una de entusiasmo y alegría compartida, de emoción compartida por los objetivos que estaban logrando en conjunto a ser una atmósfera de tensión y confusión.

Aun así, entendemos que los climas son circunstanciales y no permanentes; con el pasar de los meses, el grupo ahora sin Cristian recuperó su sanidad del principio, su matriz dominante que era la de solidaridad y cooperación. El mismo, se mueve dominantemente por su matriz solidaria y por la búsqueda mancomunada de objetivos conjuntos. La matriz dominante prevaleció por la que en un momento se desvió hacia a un clima circunstancial en el que la matriz competitiva y los conflictos vinculares tuvieron lugar.

La ya mencionada matriz no solo influye en la resolución de conflictos, sino también en la creatividad y productividad del grupo. Según Barreiro, "un clima de cooperación y confianza potencia las capacidades individuales y permite la emergencia de fenómenos grupales únicos, como la sinergia y la creación colectiva" (Barreiro, 1993). En esta etapa de la banda, esto se reflejó en la composición de nuevas canciones, donde cada miembro aportó ideas y enriqueció el proceso creativo.

El hecho de que hayan podido volver a la estabilidad luego de pasar por la variante de grupo enfermo abordada por Barreiro demuestra la fuerza y cohesión del grupo y su matriz solidaria dominante. En ella, sus objetivos en conjunto prevalecieron por sobre la matriz competitiva que Cristian trajo en un momento determinado al grupo. Entendemos asimismo que en todo grupo tiende a prevalecer una matriz u otra, nunca es neutro.

"Un grupo puede atravesar distintas etapas de deterioro, pero puede también recuperar su bienestar inicial si los miembros logran restablecer la confianza y cooperación" (Barreiro, 1993). La salida de Cristian, aunque haya sido un punto de quiebre, permitió a la banda restablecer su clima grupal solidario. Los integrantes restantes, Renzo, Fernando, Camila y Valentin encontraron una nueva dirección en la búsqueda de sus objetivos dejando así atrás la competitividad y el resentimiento. Al quedar la banda reducida en 4 miembros, el grupo logró superar este malestar pudiendo recuperar paulatinamente la cohesión y cooperación que había en el inicio. (Barreiro 1993)

Este regreso a la matriz solidaria se vió materializado en la manera en que Renzo y Fernando buscaron nuevamente incluir a Camila y Valentin en el proceso creativo, respetando la autonomía de cada uno. Este retorno muestra como un grupo puede recuperar su bienestar cuando se priorizan los objetivos colectivos por sobre los intereses individuales y cuando superan estas disonancias del autoritarismo o la competencia entre pares. 

Además, la matriz solidaria se caracteriza porque se prioriza el apoyo mutuo de cooperación grupal, en conjunto, en lugar de buscar sobresalir en él de manera individual como es planteado en la matriz competitiva. La matriz solidaria o cooperativa, produce serenidad y no ansiedad, los miembros del grupo no temen ser desplazados o marginados así como tampoco temen "quedar atrás" ya que todos están en el mismo lugar en la consideración del grupo y la autoridad.

Suponemos teniendo en cuenta lo planteado en párrafos anteriores, que Cristian se sentía liderado por Fernando y Renzo de una manera que lo hacía sentir que estaba "atrás", lo cual no le permitió sentirse confirmado en el grupo. A pesar de que todos los integrantes pueden participar en las decisiones de la banda, son Renzo y Fernando quienes se ocupan de las decisiones más importantes por ser sus fundadores. Esto jamás significó que los demás instrumentistas no podían opinar o ser escuchados en la búsqueda del objetivo conjunto, sino que simplemente eran los líderes quienes estaban al frente a la hora de decidir y hablar en nombre de la banda.

Lo planteado no había derivado en un problema para Camila y Valentín, quienes desde el primer momento se sintieron conformes con la dinámica grupal. Entendemos de esta manera que la percepción de Cristian cambió en un momento del proceso grupal y dejó de ver su lugar como igual al resto. Cambió su percepción y comenzó a ver a los líderes como personas autoritarias y, de esta manera, dejó de sentirse parte del proyecto. Así, la matriz cambió y reinó la ansiedad en el grupo donde antes reinaba la solidaridad.

Lo paradójico de la matriz competitiva es que no solo daña a los "perdedores" del conflicto, sino también a los "ganadores". La situación conflictiva que se vivió en el grupo dañó a todos sus integrantes ya que la atmósfera era tensa y no armoniosa, logró que las capacidades de sus miembros y su creatividad se viera pausada durante ese momento de matriz competitiva. La banda no pudo solucionar el problema desde su matriz solidaria, apoyando a su integrante de una manera que vuelva a priorizar el grupo. Aún así lo resolvió desde su matriz competitiva y, aunque entendemos que no fue la mejor opción, igualmente le devolvió el equilibrio y cohesión a la banda, volviendo a su matriz dominante cooperativa.

La matriz competitiva atenta contra la constitución de un buen clima grupal y contra la sanidad del mismo. Además, alimenta el surgimiento de otros mecanismos distorsionantes, a la vez que se alimenta de ellos. En esta matriz, se inhiben los procesos cooperativos y el placer del trabajo en conjunto. Asimismo, bloquea la posibilidad de descubrimiento y creación común, generando que se adopte una actitud ofensiva-defensiva que genera tensión y ansiedad, tal como sucedió en la banda tras el conflicto con el tecladista.

A pesar de que Cristian con sus inquietudes desequilibró esa matriz solidaria, el grupo al tener predominantemente esa matriz, luego de pasar por un periodo de matriz competitiva logró volver a la matriz solidaria que dominaba desde un principio. Esto es lo que plantea Barreiro; un grupo puede variar en etapas y procesos entre una matriz u otra, pero siempre prevalece una u otra matriz comunicacional. Un grupo nunca es "neutro", quedará comprometido con un tono predominantemente cooperativo o competitivo, a pesar de que, como vemos, pueden aparecer fenómenos y momentos de uno u otro tipo.

La matriz solidaria se caracteriza por un ambiente de confianza y respaldo recíproco que facilita a los integrantes del grupo trabajar juntos para alcanzar objetivos compartidos. En un grupo con esta matriz predominante, las personas sienten que pueden ser auténticas, sin necesidad de adoptar máscaras o mantener actitudes defensivas. Este ambiente incentiva la creatividad y la participación libre, a la vez que reduce los conflictos y tensiones Es un lugar donde cada integrante encuentra confirmación y reconocimiento, no únicamente aquellos que sobresalen o adoptan posiciones de liderazgo.

En el caso de Orenda Kilig, el retorno a la matriz solidaria se manifestó en varios aspectos de la dinámica grupal. Por un lado, los líderes Renzo y Fernando, al reflexionar sobre el conflicto con Cristian, decidieron adoptar una postura más inclusiva con Camila y Valentín, asegurándose de que todos los integrantes tuvieran voz y espacio en las decisiones creativas. Por otro lado, los ensayos y proyectos conjuntos se transformaron nuevamente en momentos de disfrute y cooperación, dejando atrás la tensión competitiva que había surgido en el conflicto con Cristian.

Un ejemplo que demuestra la construcción de esta matriz solidaria tuvo lugar durante la organización de un nuevo show en vivo. En esta ocasión, los miembros se reunieron para debatir sobre el repertorio y la puesta en escena. Y, aunque surgieron diferencias en algunos puntos de vista, el tono de la conversación se mantuvo respetuoso y constructivo. Renzo, al tener en cuenta la relevancia de promover la participación equitativa, invitó a Camila a proponer ideas para las transiciones musicales entre canciones, un aspecto que previamente solo estaba a cargo de los líderes. Este cambio permitió que Camila se sintiera apreciada como un componente esencial del grupo, reforzando de esta manera la cohesión.

En Orenda Kilig, el retorno a esta matriz dominante después del conflicto con Cristian demuestra la capacidad de los grupos para adaptarse y superar desafíos, reafirmando que la cooperación y la confianza son fundamentales para mantener un grupo sano y funcional. 

Tal como plantea Barreiro, la matriz solidaria es más que un ideal: es una estructura comunicacional que, cuando se consolida, transforma al grupo en un espacio de crecimiento colectivo

Barreiro identifica a los ya nombrados mecanismos distorsionantes como los que afectan negativamente a la dinámica grupal, provocando malestar que deteriora este clima de cooperación. Según la autora, uno de estos mecanismos es el autoritarismo, "el dominio de uno por sobre otros, que puede ejercerse de forma abierta o encubierta".

Uno de los mecanismos distorsionantes en la situación de la banda, fue el autoritarismo, el cual puede ser ejercido por la autoridad "formal" del grupo. En este caso, entendemos como autoridad "formal" a los dos fundadores de la banda: Renzo y Fernando. Al ser los creadores de la banda son quienes han marcado los objetivos y el proceder de los proyectos. Esto no venía siendo una problemática en el grupo ya que los "instrumentistas" que fueron sumando para eventos y grabaciones comprenden su rol en el grupo y no había tensiones ni confrontaciones de poder. Lo que sucedió que realmente dió lugar al conflicto vincular fue que el tecladista no sentía quizás que la banda era "suya" o no se veía interpelado realmente por los objetivos del conjunto.

Por lo tanto Cristian comenzó a priorizar otros proyectos en su vida en los que se sentía más comprometido o emocionado que en los relacionados a Orenda Kilig. Esto generó un conflicto de intereses dando lugar a mecanismos distorsionantes que en un momento determinado atentaron contra la salud grupal. Este fenómeno se manifestó cuando en la banda los líderes, Renzo y Fernando, empezaron a imponer sus objetivos de manera más rígida. Mientras que Cristian se mantenía neutral y distante, los demás miembros del grupo notaron que la dinámica había cambiado. La flexibilidad y la capacidad de tomar decisiones conjuntas se vieron reemplazadas por un liderazgo un tanto más autoritario.

Encontramos asimismo en dicha situación otros mecanismos distorsionantes del grupo sano que fueron apareciendo con frecuencia en el desarrollo del conflicto grupal. Uno de ellos es el de competencia, el cual aborda la pugna entre los miembros por el poder o el prestigio o por un mayor reconocimiento en el grupo. El mecanismo distorsionante anterior dió lugar asimismo a la lucha por el poder. Es decir, Cristian dejó de priorizar la banda en el momento en que se sintió desplazado por los líderes naturales que no priorizaron su bienestar y su creatividad personal.

También existen otros mecanismos distorsionantes que se relacionan con situaciones de comunicación confusas en los vínculos grupales. Una de ellas es la abordada por Barreiro que implica los mensajes duales. Es decir, presenciaron situaciones de doble código, doble vínculo y distorsión en la comunicación. Además, se vivieron situaciones de simulación: Fernando y Renzo, tomando la posición de líderes, hablaban entre ellos respecto a la tensión que vivían sobre el actuar de Cristian. Se generaron así tabúes, clima de encubrimiento de los conflictos en los ensayos y eventos y tensiones subyacentes. Además había una prohibición tácita entre ellos de no revelar los núcleos conflictivos al resto del grupo para que no se desmorone todo lo que habían logrado.

Asimismo, se evidenció el mecanismo distorsionante de distancia. Se vivió una indiferencia por parte de Cristian, así como también incomunicación y frialdad respecto a los conflictos y la tensión vivida en el grupo. Ello terminó dando lugar a un desinterés mutuo por los problemas del otro entre los líderes y el tecladista. Por último, otro mecanismo distorsionante que observamos en el conflicto es el de etnocentrismo agresivo: la conciencia del "nosotros" fundada en una oposición a "los otros" es decir nosotros los líderes contra el tecladista.

En conclusión, el análisis de la banda Orenda Kilig a través del marco teórico de Telma Barreiro nos permite comprender las complejas dinámicas de bienestar y malestar que pueden surgir en un grupo. A lo largo de su trayectoria, la banda experimentó un notable cambio desde un ambiente de cohesión y creatividad hacia una matriz competitiva marcada por la desconfianza y la rivalidad.

El proceso experimentado por la banda en dicho trayecto resalta la fragilidad de las relaciones grupales y cómo la falta de compromiso de un miembro puede afectar la salud del grupo en su conjunto. La experiencia de Cristian, quien pasó de ser un integrante valorado a convertirse en una fuente de tensión, ilustra cómo las percepciones individuales pueden influir en la dinámica colectiva. De esta manera entendimos como en un conflicto grupal y una matriz competitiva no solo pierden los "perdedores" sino también los "ganadores".

Sin embargo, la salida de Cristian también se presenta como un punto de inflexión que permitió a los miembros restantes recuperar su matriz solidaria. Este retorno a un clima de cooperación y confianza no sólo revitalizó la creatividad del grupo, sino que también reafirmó la importancia de priorizar los objetivos colectivos sobre los intereses individuales. La inclusión de todos los miembros en el proceso creativo y la búsqueda de un ambiente de apoyo mutuo son elementos clave para el éxito y la estabilidad de cualquier grupo.

De esta manera, Orenda Kilig es un claro ejemplo de que, a pesar de los desafíos, es posible restaurar la armonía y la colaboración a través de la reflexión y el compromiso compartido. Además, también nos sirvió para ejemplificar lo planteado por Barreiro; a pesar de que los contextos y conflictos hagan que la matriz cambie en un momento determinado (ya sea de una solidaria a una competitiva o, como es el caso, de una competitiva a una solidaria) el grupo nunca es "neutro" y termina volviendo a la matriz dominante

Finalmente, este análisis no solo ofrece una visión sobre la banda en particular, sino que también proporciona valiosas lecciones sobre la naturaleza de los grupos en general. La capacidad de adaptación y la resiliencia son fundamentales para superar momentos de crisis y volver a establecer un clima de bienestar. Al entender que las matrices grupales son volátiles y pueden cambiar, los integrantes de cualquier grupo pueden trabajar conscientemente para fomentar un ambiente de confianza y cooperación, asegurando así su crecimiento y desarrollo a largo plazo.

En última instancia, el caso de Orenda Kilig nos recuerda que la salud grupal es un proceso continuo que requiere atención, empatía y un compromiso genuino por parte de todos sus miembros. Un proceso que puede cambiar de un momento a otro si se lo descuida.


BIBLIOGRAFÍA


● BARREIRO, T. (2000). Bienestar y malestar dentro del grupo. Cap.3 de Trabajos en grupo. Novedades Educativas, Buenos Aires.




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