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Abstract
En el presente informe analizaremos dos casos de estudio de estudiantes y militantes universitaries de la Universidad Nacional de Córdoba en el año corriente. Ambos militan en organizaciones que responden a partidos políticos: Sofi (nombre inventado) tiene 21 años, oriunda de Córdoba, de la seccional décima, cursa en la facultad de Artes, donde conforma una organización política que pertenece a la pata universitaria de la organización JP Cámpora (el área de juventud de la misma organización), cuya referente es la diputada nacional Gabriela Estévez. Por otro lado Tomi (nombre inventado) tiene 20 años, es de La Pampa y vino a Córdoba para continuar sus estudios en el ciclo superior. Estudió bioquímica y posteriormente se inscribió en la licenciatura en Comunicación Social, milita actualmente en el Movimiento Socialista de los Trabajadores (a partir de ahora, MST) cuya referente principal es la profesora y legisladora por la provincia de Córdoba Luciana Echevarría. En un contexto de ajuste y desfinanciamiento, de reorganización de los partidos políticos de cara a las elecciones legislativas de finales de octubre y un contexto más macro de estar atravesando la mitad del período de vigencia del mandato de Javier Milei, con un reciente veto por la ley de financiamiento universitario y también el veto de la ley de discapacidad. Bajo este contexto, el presente informe busca discernir las lógicas de autopercepción de nuestros protagonistas y sus visiones sobre los grupos informales dentro de una estructura de grupo formal como es un partido político.
Marco teórico
En el presente informe analizaremos dos casos de estudio de estudiantes y militantes universitaries de la Universidad Nacional de Córdoba en el año corriente. Ambos militan en organizaciones que responden a partidos políticos: Sofi (nombre inventado) tiene 21 años, oriunda de Córdoba, de la seccional décima, cursa en la facultad de Artes, donde conforma una organización política que pertenece a la pata universitaria de la organización JP Cámpora (el área de juventud de la misma organización), cuya referente es la diputada nacional Gabriela Estévez. Por otro lado Tomi (nombre inventado) tiene 20 años, es de La Pampa y vino a Córdoba para continuar sus estudios en el ciclo superior. Estudió bioquímica y posteriormente se inscribió en la licenciatura en Comunicación Social, milita actualmente en el Movimiento Socialista de los Trabajadores (a partir de ahora, MST) cuya referente principal es la profesora y legisladora por la provincia de Córdoba Luciana Echevarría. En un contexto de ajuste y desfinanciamiento, de reorganización de los partidos políticos de cara a las elecciones legislativas de finales de octubre y un contexto más macro de estar atravesando la mitad del período de vigencia del mandato de Javier Milei, con un reciente veto por la ley de financiamiento universitario y también el veto de la ley de discapacidad. Bajo este contexto, el presente informe busca discernir las lógicas de autopercepción de nuestros protagonistas y sus visiones sobre los grupos informales dentro de una estructura de grupo formal como es un partido político.
Marco teórico
Comenzaremos delimitando lo que reconocemos como un “grupo” según los términos psicológicos: “un grupo psicológico es cualquier número de personas que interactúan unas con otras, que sean psicológicamente conscientes unas de otras y que se perciban a sí mismas como un grupo” (Schein, E. 1998). El tamaño del grupo está limitado entonces por las posibilidades de interacción y percepción mutua. Por lo que al analizar los espacios y campos de interacción de Sofi y Tomi, analizamos su grupo de amigos o núcleo más cercano de amigos que son a su vez sus compañeres de militancia, la convivencia entre el grupo formal e informal, la cuestión personal y política, si es que se puede diferenciar.
Siguiendo al autor, tomamos su tipificación de los grupos en las organizaciones: Los grupos formales y los informales. Los primeros son grupos formados por un responsable para que realice una (o varias) tareas específicas relacionadas con la misión organizacional. Están asimismo, los grupos formales permanentes y los grupos formales temporales para llevar a cabo una misión muy particular por un suceso o un período de tiempo. Podemos pensar que un grupo formal es una agrupación u organización militante, donde las responsabilidades y los roles están delimitados por una orgánica así como los espacios, las secretarías (redacción/ comunicación, secretaría de mujeres, derechos humanos, ambientalismo, gremial, logístico) donde las personas rotan pero las áreas se mantienen por un período de tiempo que podríamos decir es concreto. Un grupo formal temporal podría ser la logística o el cambio en tareas que, en el caso de una organización partidaria, significa la campaña electoral: las tareas fluctúan en el período de aproximadamente dos meses donde el objetivo es (en su mayoría) militar el voto, cuidar los votos y armar actividades en ese marco, como son las pegatineadas y carteles, la militancia en redes sociales con videos y publicaciones, la logística de los fiscales de mesa en el escrutinio, folleteadas, entre otras.
Los grupos informales, por otra parte, existen porque todos tenemos la tendencia a relacionarnos con grupos de otras personas, un balance entre los factores “formales” de la organización y las necesidades de la gente, de contar un chiste, de compartir una noticia, por fuera de la estructura. Podríamos decir que los grupos informales se generan en los márgenes de la estructura formal de la organización. Es un espacio además, necesario para la correcta funcionalidad del grupo formal. Los grupos informales casi siempre surgen si las posibilidades existen para ello (Schein, E. 1998). De igual manera, estos núcleos a veces vienen a servir una “función contra-organizacional” con el fin de contrarrestar las tendencias coercitivas de la organización (el puenteo, el rosqueo o la interna) estos grupos se pueden convertir en grupos con mucho poder y tratar de cambiar los fines de la organización, un ejemplo puede ser del MST en el año 2006, donde la organización ya estaba empezando a notarse partida en dos posiciones al publicar dos periódicos distintos: “El Socialista” y “Alternativa Socialista”. En ese año, la fracción minoritaria, conducida por Juan Carlos Giordano (actual diputado nacional y director del diario “El Socialista”, se abre del MST y surge así el partido político “Izquierda Socialista” (IS). Mientras tanto, la porción mayoritaria, liderada por Alejandro Bodart, organización productora de "Alternativa Socialista", por su parte, mantuvo el control del MST-Argentina. Otro ejemplo pero relacionado a la ala kirchnerista, en el año 2018/2019 cuando la pata universitaria de La Cámpora Córdoba se fracciona y conforma una organización con identidad similar pero dejando de responder a la conducción de la organización en la provincia.
Posteriormente, retomamos al autor por su análisis sobre las funciones psicológicas individuales de los grupos, es importante también entender a los grupos como “un medio
para satisfacer nuestras necesidades de afiliación, las necesidades de amistad, de apoyo moral y afecto” (Schein, E. 1998) Los grupos construyen también y fortalecen nuestro sentido de identidad hacia ellos. Son esencialmente un medio para desarrollar, incrementar y confirmar nuestro sentido de identidad y mantener nuestra estima de sí mismo. Así entendemos cuando bajamos lo teórico a nuestros casos concretos.
Casos de estudio: Sofía y Tomás
Como mencionamos anteriormente vamos a utilizar nombres inventados para ponerle cara a las vivencias que nos contaron mediante entrevistas ambos jóvenes. Tomás tiene 20 años, es oriundo de la provincia de La Pampa y vino a Córdoba para estudiar bioquímica en la Facultad de Ciencias Químicas, carrera que dejó para inscribirse en la Facultad de Ciencias de la Comunicación.
Tomi: ya venía decepcionado de la política en general y de las promesas y las decepciones que lo llevaban a pensar que la política es una mi#rda, nunca me había fijado en la izquierda, primero se interesó en el anarquismo por ese mismo desprecio en la política. Vienen las P.A.S.O, eso me preocupó mucho porque ya me parecía despreciable el presidente en ese momento, estaba en químicas y me meto a twitter con un posteo que decía “miren como adoctrinan en la UNC” y veo un cartel de la marea que decía antifascista, que yo de lo único que estaba seguro es que era antifacista y me encantó. Hubo un tiempo que iba a todas las charlas, conversatorios, marchas y asambleas con la organización sin militar todavía “orgánicamente” y después de dos meses entré a militar.
Tomi: Yo creo que marcó muchísimo mi vida, también era el primer año que vivía en Córdoba, estaba un poco solo, no tenía muches amigues medio desolado a 500 kilómetros de mi casa y empezar a militar me dio una herramienta digo, capaz en los momentos donde todos dicen “esta todo podrido y jodido” yo digo sí, pero hay una salida y una oportunidad de cambiarlas, además de brindarme esa perspectiva también conocí a muchísima gente y me ayudó moverme mucho más en Córdoba y de ahí conocer a todo un grupo nuevo de gente y hoy puedo decir que mis mejores amigos los conocí militando en este espacio, al ser un partido político conocés a personas que nada tienen que ver con la militancia universitaria y que no pensé que iba a conocer en mi vida, amigas de la facu de comunicación, de derecho, de sociales…
(Fragmento de la transcripción de una entrevista realizada para el presente informe)
En este recorte podemos vislumbrar lo que tomamos del autor sobre las funciones psicológicas de los grupos, “Podemos reducir la incertidumbre que nos produce el medio social discutiendo con otros los problemas que nos representan” (Schein, E. 1998) Los espacios de representación política satisfacen una necesidad personal de hacer algo con la incertidumbre que pueden generar los contextos sociales, económicos, culturales. Confirman nuestro sentido de pertenencia al vernos representados por la organización donde se realiza la actividad militante, así como también reducen la sensación de impotencia, por ejemplo, de una persona simpatizante de una organización que no comparte mirada ideológica con familiares o amigues, el espacio de militancia en un partido político significa involucrarse en el desarrollo y en el resultado del mismo, sus conjeturas, sus actos y sus discusiones.
En la misma línea, presentamos el caso de Sofía, que tiene 21 años y estudia en la Facultad de Artes de la UNC en una agrupación estudiantil que responde a la pata universitaria de “La Cámpora Córdoba”, nació y creció en Córdoba Capital y precisamente en la seccional décima donde desarrolló trabajos de militancia territorial en la misma organización.
La diferencia de representación
Sofi: para describir los lazos políticos y vinculantes de un mi grupo de amigues con los que también milito en la orga, nuestra realidad se lee en términos electorales con el peronismo dividido, unidades académicas desde cero, construyendo lazos con la docencia, cuesta mucho vincularse con ADIUC, por ahí en términos electorales incluso afecta la poca comunicación y lo poco que conviven las agendas de los docentes con las agendas del estudiantado. Somos dos organizaciones conformadas por estudiantes universitarios bancando la lista de Cristina en Córdoba: Patria Grande y la Cámpora. Después las demás organizaciones bancan a Natalia de la Sota o al Gringo.
Sofi: Mis motivaciones para militar siempre van a ser mis compañeres. Construir en la universidad es complejo con tantos cuadros académicos, en la mayoría los referentes son varones, lo cual es complejo porque siempre en las discusiones se pregunta porque no está presente tal tipO o tal pibe (haciendo referencia a un hombre), por eso con Meli ( compañera de Sofi) siempre decimos que las mujeres debemos estar el doble de formadas para dar las mismas discusiones e incluso con perspectiva de género, por eso creo que mi motivación para militar son mis compañeres, la lealtad que tienen con el proyecto y porque también te hacen enamorarte un poquito más cada vez, darte cuenta de que el proyecto lo construimos nosotres. También pensar que nadie sobra dentro de un proyecto, que capaz en una organización tan grande a nivel nacional pensas que no pero después te das cuenta que cada compañera es imprescindible, que estas a dos teléfonos de Cristina, nadie es indispensable pero nadie sobra, la motivación, el conocimiento, el poder tener una línea nacional te da otra perspectiva de cómo son las cosas.
Podemos pensar en este recorte, en primer lugar, que la motivación de Sofi son sus compañeres para seguir militando en la organización que conforma, nombra como dos ejes fundamentales para seguir en la organización: la bancada a Cristina (la línea ideológica) y sus compañeres.
Por otro lado y en un análisis de las percepciones de ambos casos pero también analizando las misiones y valores del MST y LC es interesante pensar en el “techo” del sentido de pertenencia de cada organización: En LC es muy claro, una organización nacional y popular de la cual la conducción es Cristina Kirchner y Máximo Kirchner que levanta las banderas de Evita y Perón.
Podemos ver un buen contraste teórico y orgánico con la identidad del MST,que adopta como miradas (por lo menos iniciales, el trotskismo, el leninismo y el marxismo y que tiene y adopta una identidad nacional, que es el Frente de Izquierda de los Trabajadores Unidad (FITU), pero notar que en lo discursivo, la pertenencia a la organización tiene una lógica de transversalismo de las discusiones, adjuntando palabras de Tomi.
Tomi: (…) Ya me escuchaste decir varias veces que el capitalismo ya no tiene nada para darnos, creo que puedo encontrar una línea que conecte los reclamos entre sí, no creo que haya una lucha en Córdoba, que no haya en Argentina, que no haya en Brasil, como no
creo que se pueda dar una lucha contra el patriarcado ajena a la lucha contra el ajuste de las universidades, son ejemplos pero para ver que las situaciones que vivimos en Córdoba están íntimamente ligadas a las políticas económicas del gobierno nacional.
Es interesante ver lo distinto de ambas visiones y construcciones, acá podemos realizar un análisis también sobre hacia donde llega el sentido de pertenencia, en la Cámpora es muy claro desde sus orígenes en la asunción y primer gobierno de Néstor Kirchner donde se empieza a entrever discursivamente la identidad que tendría próximamente esta organización nacional.
“Proponía, entonces, sembrar mil flores, dentro de un mismo jardín, el FPV, que debían ser regadas por los mismos jardineros, los líderes kirchneristas. En consecuencia, luego de finalizar su mandato, trabajó con mayor empeño en la conformación de una orgánica nacional de la juventud, una fuerza propia, capaz de defender, militar y continuar el proyecto nacional y popular y que funcionara como el sostén y respaldo de CFK.” (Anoro, P. 2018)
Análisis de las acciones, lógicas y verticalismo de LC y MST
Como veníamos diciendo, La Cámpora adoptó una identidad de organización nacional y popular, que acompañó con lealtad a sus referentes políticos y las bajadas de línea de “la conducción”.
Podemos vislumbrar que la misión, visión y valores de estas dos organizaciones nacionales, que forman parte de dos partidos políticos definidos y que están consolidados en organizaciones estudiantiles en la Universidad Nacional de Córdoba son diferentes. En el MST el objetivo va más allá de la división de naciones, sino apostar y abonar al fortalecimiento del partido al entender que el capitalismo es un modelo que se nota sedimentado y que lo va a derribar la revolución, como en el caso de Argentina, la línea “Vetemos a Milei”, tirar el gobierno desde el brazo del pueblo, que la vía para eso y para la violencia y desigualdad que ataña a todos los pueblos oprimidos y que Palestina es el punto de exposición del capitalismo extremo. Por eso el FITU está también dentro de la Liga Internacional Socialista y en constante solidaridad con el pueblo palestino.
Esta son identidades organizacionales con una fuerte impronta que tienen que ver con lo que Schein nombra la “Opinión de grupo” no es que todos los militantes estén de acuerdo con una decisión (por ejemplo, conformar un frente con otras organizaciones) pero los miembros que tienen puntos de vista diferentes a veces deben delegar en post del acuerdo mayoritario, lo que genera ciertas reacciones contraproducentes: el grupo comparte una ilusión de invulnerabilidad, el grupo presiona directamente a quienes no asumen ”la línea”, el grupo cree haber alcanzado una unanimidad al ya nadie disentir (Schein, E. 1998). Como explica, retomando la entrevista:
Tomi: Creo que lo último que acabo de decir es obvio, pero igual lo remarco: es evidente que se pueden construir acuerdos, vínculos y todo tipo de cosas con gente con la que no tenés un acuerdo político total. Nunca —ni siquiera con compañeros de mi propio partido— hay un acuerdo total en todo. Si no, sería un bloque monolítico sin diferencias.
Volviendo a las características de la percepción subjetiva de Sofi y Tomi y concluyendo con nuestro análisis, a ambos se les realizó la misma pregunta: ¿Podrías relacionarte con alguien que no tenga ese proyecto de Nación? ¿Que no comparten sus grupos formales o informales en este aspecto, de militancia? ¿ Alguien que vote a Milei?
Sofi: no es fácil ser militante para la gente externa a la militancia o que nunca tuvo un vínculo con un militante, es como pensarlo como una forma de vida que el otro no puede comprender tan fácilmente. Creo que no me podría relacionar con un votante de milei o si votante pero no pegado ideológicamente, no podría concebir estar con alguien que piensa que lo que está sucediendo en este contexto está bien, que está bien lo que este chabon está haciendo y siento que es porque me atraviesa desde muchos lugares: como mujer, como joven, como estudiante, como artista, como militante de la cultura, lo hablamos mucho con los hacedores culturales y vemos como este chabon reivindicó un montón de símbolos y desmoronó muchísimas producciones de sentido más semejantes a la democracia y discusiones que culturalmente constituyen acuerdos nacionales y como también pudo contener a muchos pibes enojados o decepcionados del sistema político y hasta del sistema democrático, además porque siempre es una situación que salta con un un militante
Podemos ver que las instituciones mujer, artista, hacedora de cultura son instituciones propias de las persona que están dentro de su subjetividad y cuya organización en la que participa no puede contradecir sino que fomenta.
Lo personal es político
Vamos a analizar los castigos individuales por los que un sujeto puede ser “expulsado” de una organización o grupo desde la mirada del análisis de grupos:
Tomás: Eso también marca el entendimiento que tenemos de las cosas. No es que alguien pueda venir, por ejemplo, y decir: “Bueno, cuando estás haciendo cosas del partido actuás de una manera, y después hacé lo que quieras”. Esa lógica existe en otros espacios, pero a mí me parece que está totalmente mal.
A lo que quiero llegar es a esto: no es que uno se pone la careta del militante, con la ética del militante, y después se la saca y hace lo que se le canta o es que yo voy a ir a la facultad y decir: “La verdad es que hay que abrir la facultad, que puedan entrar los hijos de los trabajadores, porque cada vez hay más ajuste y cada vez más gente queda afuera”, y después salir y decir: “Ay, qué miedo un pobre lejos de ciudad universitaria”.
No. Esto es parte de lo que uno cree, no solo en el momento de militar, sino de manera permanente.
Incluso, en nuestro partido se toma muy en serio que algún militante haga faltas morales: por ejemplo, maltratar a alguien por su situación económica o, para ir a un caso más específico, una cuestión de violencia de género. Son temas que el partido aborda directamente y frente a los cuales toma medidas, llegando incluso a la expulsión en determinados casos.Lo que quiero decir es que esa parte personal está también mediada y fuertemente ligada a la parte política.
Esto no es algo nuevo, el contradecir las lógicas unánimes o los valores del grupo formal pueden llevar a una falta y expulsión del mismo, las faltas son aplicadas tanto para los militantes como para los referentes del espacio. Esto se da también por la autoimagen de los grupos, cada uno de los militantes tiene una imagen de sí mismo y esta imagen condiciona su conducta y su acción con los demás, la expulsión también es la quita de la confirmación de las otras personas que conforman el grupo de que cierta persona forme parte del mismo.
Dentro de los grupos informales y formales que subyacen los espacios de militancia política de los partidos hay que tener cuidado con los mecanismos distorsionantes de la dinámica que pueden obstaculizar la consolidación de un grupo sano (Barreiro, T. 2000). Los mecanismos distorsionantes constituyen prácticas que pueden generarse, copiarse y aplicarse en la militancia, obstáculos grupales relacionados a los objetivos o metas personales de los integrantes que pueden dañar el clima organizacional y la relación interpersonal entre los actores:
- Autoritarismo: el miedo, el castigo, la sanción, puede pasar cuando un rol o una responsabilidad política se “personaliza” o cuando un integrante de la organización recibe una responsabilidad o un espacio de poder que tergiversar y puede llegar a asumir actitudes autoritarias.
- Competencia: entre los miembros por cierto rol, cierta actividad, por cierto “cargo” o “responsabilidad” dentro de la organización, el “puenteo” puede ser un mecanismo distorsionante producto de la competencia, es no asumir la referencia, el cargo o la responsabilidad de un miembro de la organización para tomar una decisión que está vinculada a la organización. Podemos agregar acá la idea del “rosqueo”, el convencer o manipular a otros miembros de la organización con el fin de imponer una idea o punto de vista.
-Chantaje Afectivo: afecto o gratificación condicionado al cumplimiento de la norma o la aceptación de la autoridad. Hay un término utilizado en las organizaciones de izquierda (pero que puede ocurrir transversalmente en cualquier organización) que es el término “captación” para referirse a que un integrante de la organización entable una relación amorosa (o puede ser de amistad) y que un objetivo sea sumar a esa persona a militar en la organización.
Estos son ciertos tipos de mecanismos distorsionantes de los cuales en la práctica puede haber muchos más y en diferentes casos,son meros ejemplos de los conceptos teóricos de Barreiro y como pueden verse reflejados en los casos concretos.
Conclusión
El análisis comparativo de los casos de Sofía y Tomás permite visibilizar cómo la militancia universitaria se configura como un espacio profundamente atravesado por dinámicas grupales que articulan lo formal y lo informal, lo político y lo personal con sus subjetividades y la percepción del otro. Desde las perspectivas teóricas aportadas por Schein, se evidencian claramente las funciones psicológicas y sociales que cumplen los grupos en los que ambos jóvenes participan, brindando no solo un marco de pertenencia y de satisfacción de necesidades personales o de autoimagen, sino también contención afectiva, construcción identitaria y un modo concreto de intervenir en la realidad desde las convicciones propias de cada uno desde su espacio.
Ambos casos ponen en evidencia cómo la militancia no es una actividad aislada del resto de la vida, sino una forma de habitar el mundo que se extiende a la cotidianidad, a los vínculos personales y a la manera de leer y posicionarse ante los acontecimientos políticos, sociales y culturales. En este sentido, tanto Sofía como Tomás encarnan dos formas distintas de militancia y de construcción subjetiva: una, centrada en la lealtad a un proyecto nacional y popular con una conducción clara (La Cámpora); y otra, con una lógica más transversal y de articulación internacionalista desde la crítica estructural al capitalismo (MST).
El informe también permite observar cómo los grupos informales cumplen un rol central en la experiencia militante,la llamada “contención” de los compañeros como un espacio que se articula generando lazos de confianza, solidaridad y afecto que muchas veces se entrelazan con los objetivos y estructuras del grupo formal. Sin embargo, estas dinámicas también pueden generar tensiones, ya sea por la presión a la unanimidad, la invisibilización de los disidentes o la personalización de los roles de poder, lo que obliga a estar atentos a mecanismos distorsionantes como el autoritarismo o la competencia interna.
Por último agradecer a nuestros casos de estudio que me ayudaron a abordar el análisis desde una perspectiva interesante tanto para mí como para elles. Dentro de la militancia pueden generarse enamoramientos u competencias entre diferentes espacios, me resultó interesante conocer, reconocer y encontrar puntos obviamente donde no se encuentran las organizaciones y otros puntos donde sí, como en la percepción y el cuidado del compañero y de los referentes y en lógicas estructurales, en orgánica y verticalismo. Creo que fue una comparación un poco complicada de planificar pero que generó conclusiones llamativas por lo menos para mí que las he analizado y escrito. Gracias por la predisposición.
Por último resaltar la tarea profundamente humana y social de la militancia y de la lealtad con la participación democrática y ciudadana, por el hacer patria cada día desde cada espacio. A la cátedra por brindar las herramientas para analizar en el futuro profesional las dinámicas positivas y las que pueden dañar la integridad de un espacio.